Nota del Editor: el autor es autor de otras columnas publicadas y sin publicar y el manejador de la “Esquina del Ricar”. En twitter @ricardo_l
Durante las pasadas semanas se ha hablado mucho de la moral en la esfera pública y en la esfera privada; me parece que de la manera incorrecta.
Lo que les lleva a pensar; qué es para el Rícar la moral? ¿Por qué entiende que es la manera incorrecta? ¿Cuál es la correcta?
Permítanme contarles una historia:
Florencia, 1475.
Roggelio sabe trabajar la madera, es relativamente exitoso, vive cómodamente, tiene dos hijas. Roggelio no pertenece al gremio de los carpinteros. Sin embargo es amigo de Lorenzo, un alto funcionario público. Por eso Roggelio trabaja como consejero de Lorenzo en aspectos de carpintería y le paga con el tesoro que incluye su cargo. Este dinero proviene de los impuestos que pagan los ciudadanos al Estado.
Los reglamentos establecidos de Florencia estipulan que para poder hacer gestiones de carpintería hay que pertenecer al gremio. La razón es que el gremio se encarga de velar por que se sigan los estándares de seguridad, velan por el bienestar de sus miembros y mantienen una comunidad de excelencia profesional entre los carpinteros para mantener las mejores prácticas. El gremio también se encarga de que sus miembros estén al día en sus aportaciones económicas al Estado. Por eso, cuando el Estado necesita hacer obras en madera costeadas con dinero público y que van a afectar la vida de todos los residentes de Florencia, tiene que utilizar a un miembro del gremio.
En Florencia también se estipula que una persona que ostente un cargo público no puede a su vez contratar con el Estado. La razón para esto es evitar que se favorezca a una persona y se perjudique a muchas. También es necesario que se vele por el bienestar de los ciudadanos que van a utilizar la obra pública.
Pero continuemos con Roggelio y Lorenzo. Resulta que otro amigo de Lorenzo, Ettore, era también funcionario público, sin embargo tuvo que abandonar dicho cargo por razones que no exploraremos en esta historia. Hay un espacio vacío en el Consejo y quién mejor para llenarlo que Roggelio. Pero hay un pequeño problema, qué hacer con los contratos de carpintería con los que generaba dinero para vivir cómodamente. No hay problema, se trasladan a sus hijas, una de las cuales también trabaja la madera aunque tampoco pertenece al gremio. No hay problema, Lorenzo lo puede todo.
Ahora veamos la historia de Giuseppe, el es un aprendiz de carpintero que pertenece al gremio, para esto tiene que pagar el tributo que exige el gremio y los impuestos que exige el Estado. Giuseppe, con lo poco que logra ganar con lo que le paga su maestro carpintero, paga su casa, sus impuestos, su comida y su ropa. Giuseppe tiene dos hijas.
Lamentablemente una de sus hijas cae muy enferma, pero con lo poco que gana no le es suficiente para alimentar a todos bien, pagar la renta, pagarle al gremio, pagar al Estado, comprar las medicinas. Giuseppe, tiene que decidir qué es más importante. En su desesperación recurre a robarle al mercader de la esquina, a veces pan, a veces hierbas para la enfermedad de su hija. Esto lo logra porque el mercader tiene una rutina que nunca cambia y nuestro Giuseppe la conoce.
Todos los personajes principales de esta historia, en algún momento tuvieron que tomar una decisión ante un dilema moral. Cuando te presentas ante un dilema moral, la decisión que tomes al final es muy importante, pero lo que realmente ilustra la moral de una persona es las razones por la cual se toma dicha decisión, cuáles son sus implicaciones y a cuantas personas afectas. En fin qué está a los dos lados de la balanza y qué pesa más para ti.
Estoy de acuerdo que la esfera pública y la privada no siempre son independientes una de la otra. Lo que decides en una esfera puede informar a la otra y vice-versa, por eso lo importante son las razones.
Por eso en PR ” “tus valores cuentan” ” (insert sarcasm here).